lunes, 6 de mayo de 2013

Pachuca, un negocio redondo

Desde el teléfono me dijo esperame en los vestidores del club, en 15 minutos llego. Se abrió el enorme portón del estadio Hidalgo y parqueó su vehículo. Con una sonrisa en el rostro Carlos Leonel Trucco nos abrió las puertas de su segundo hogar. "Hicimos grandes cosas acá", dice mientras comanda el recorrido por este club que se asemeja a uno "del primer mundo".

Hugo Sánchez, Pelé y Carlos Trucco tienen su propio palco en el estadio azul y blanco con diseño de boutique europea. No hay alambrado, no se usan bombas de estruendo ni banderas y cada quien tiene su butaca para disfrutar desde cualquier sitio en perfectas condiciones de visibilidad.

Al bajar a la cancha una alfombra verde te lleva al mejor sueño imposible. Un estadio para 30.000 personas, reinaugurado en 2004, es el orgullo de una ciudad de un millón de habitantes con un bajo PIB nacional y una alta pasión futbolera.

El dueño es Jesús Martínez Patiño y, uno de los socios, Carlos Slim, el hombre más rico del mundo, que el año pasado compró el 30% de las acciones.

Pachuca no es solo un club de fútbol sino un grupo de empresas. Cuatro pilares edifican este proyecto: el social, el deportivo el académico y el empresarial.

Muchas cosas se crean desde la visión, dice Trucco convencido de que se pueden levantar sueños y proyectos sin dinero, pero con convencimiento y pasión. "La misión traza una meta, que da nuevos objetivos y al cumplirlos de a poco se va transformando en realidad", dice el ex arquero y técnico de la selección boliviana de fútbol. Entusiasmado desde su sitio de educador reafirma que en México las marcas quieren invertir en gente con visión y que el grupo Pachuca se ha transformado en una cadena de obras y de servicios.

En el recorrido por el complejo deportivo, lejos del estadio, todos lo tratan de ‘Profe’. La vendedora de refrigerios, los estudiantes, los académicos, los entrenadores y los administrativos se refieren a él como una persona sencilla, cordial y respetable, que ha hecho mucho por el club y que pone toda su pasión en y por el fútbol.

"Acá me respetan mucho por Bolivia, mi carrera buena fue en Bolivia", dice el hombre nacido en Balnearia, Córdoba. Confiesa que cuando da clases en la Escuela Nacional de Directores Técnicos, lo hace como Bolivia.

La seguridad y la limpieza de los diversos complejos donde trabajan más de 3.000 personas son llamativas. Todo está supervisado por cámaras de circuito cerrado y nadie sin credencial puede ingresar a ningún sitio.

"Yo enseño a enseñar, mi trabajo es la educación, enseño a técnicos y desarrollo del fútbol en todo el país. Tengo 73.000 chicos en escuelas de fútbol en diferentes centros de formación. Con mi grupo de trabajo salimos a formar con el modelo Pachuca" dice Trucco convencido de que todo debe partir de la educación y que el fútbol tiende a ser más científico día a día.

En México los jugadores de las divisiones sub 13, sub 15, sub 17 y sub 20 deben estudiar para poder participar en los torneos regidos por la federación.

Pero ¿cómo juega el Pachuca? No importan tanto los resultados deportivos sino los formativos, sociales y empresariales.

Cuenta Trucco que cuando ejerció de técnico le daban libertad para jugar. El legendario ‘profe’ Mezza tenía un sistema que implementaba de acuerdo a los jugadores que tenía. Ahora cambió, primero va el sistema 4-2-3-1 y después los jugadores.

"Acá la junta de dueños no te exige como en otros lados. Hay dueños, no hay socios. Después de haber vivido en el fútbol de dueños y en el fútbol de socios la diferencia es abismal, porque los socios se meten a cosas que no corresponden o exigen cosas que los clubes no pueden cumplir y entonces empiezan a endeudarse. Acá el director que no da el 15% de ganancias, el 15% de ahorro sobre las metas proyectadas por año, es despido automático y yo llevo más de 12 años como director. Es igual o más presión que estar dirigiendo o estar en cancha", reflexiona Trucco, que hace unos años obtuvo una maestría de Administración de Empresas con el promedio más alto (9,7) de su generación y que Pelé fue quien le hizo entrega del título.

El centro de formación cuenta con complejos de envergadura. Reciben al año unos 800 niños que acceden desde los 11 años a una preparación académica en primaria, y luego tienen la posibilidad de seguir en secundaria, bachillerato o licenciatura. Paralelamente hacen deportes y, por supuesto, fútbol.

A nivel bachillerato les dan especialidades como preparador físico, administración o arbitraje deportivo. De acuerdo con datos de la licenciada Dejanira Padilla la Universidad del Fútbol tiene 12 años de vida y además cuenta con maestrías o doctorados regidos por la Secretaría de Educación Pública de México. Actualmente estudian más de 500 alumnos.

El modelo Pachuca aplica la misma metodología de trabajo en todo el país para que lleguen jugadores formados desde las escuelas de fútbol y de los centros de formación a fuerzas básicas (divisiones inferiores) en las mismas condiciones.

"Contamos con las casas clubes que son prácticamente hoteles de 4 estrellas por todo lo que tienen; aquí tenemos una casa club para 450 chicos, donde estudian, comen y viven. Cuando vienen de otros lados juegan igual, es la única manera de competirle a los equipos grandes. A nosotros nos toca la labor de buscarlos donde podamos", dice Trucco.

Pero la labor no finaliza ahí, también se comparte lo realizado en otros complejos (clínica de medicina deportiva, tiendas, salón de la fama, Mundo fútbol) donde se disfrutan las nuevas tecnologías, su historia y la generación de servicios.

Si algo tiene que ver con empresas y fútbol, este es un ejemplo. Aquí un boliviano como el ‘Loco’ Trucco está presente y no deja de pensar que en un futuro no tan lejano se puedan hacer cosas similares en Bolivia. Al menos él no pierde las esperanzas

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