Y en esta misma historia un héroe y un villano: Alberto Acosta el mejor de la noche, tres goles que hicieron rugir a la tribuna. El 'señalado', Alejandro Palacios, a quien le pasó de todo ante los felinos y al menos tres de los cinco goles que se llevó su equipo fueron su responsabilidad.
Carrillo llevó en el pecado la penitencia al dejar fuera de planes a Tito Villa y a Martín Romagnoli, quienes no viajaron con el conjunto a Monterrey; en tanto sí lo hizo Luis García, quien se repuso y reapareció en la alineación titular de los Pumas, pero no logró pesar para su escuadra.
Antes de comenzar el encuentro, llamó la atención que el propio Ricardo Ferreti fuera a la banca visitante para saludar de mano a Mario Carrillo.
Asimismo, el hecho de que el Pikolín Alejandro Palacios se lastimara el codo en el minuto 13, tras una mala caída, fue un mal augurio para los Pumas, que muy pronto en el partido se vieron goleados por los Tigres.
En tan sólo un minuto el equipo de Ferreti anotó los dos primeros goles y no pasó mucho para que cayera un tercero que para los felinos y en especial para Mario Carrillo, que desde el área técnica miraba impávido las anotaciones, significaba un balde de agua helada.
Los visitantes se plantaron, sin ninguna duda, con otra idea de partido, esperando desplegar su mejor juego y peleándole de tú a tú a los Tigres, con tres delanteros nominales, e intentando morder en la marca a sus rivales.
Sin embargo, se toparon con unos irreconocibles regios, que salieron con muchas ganas y con un futbol que no se les había visto en la campaña.
De esta manera caería el primer tanto de los dueños de casa, cuando en el minuto 19 Juninho disparó mal, pues la pelota no llevaba dirección a la portería del Pikolín, pero se atravesó el otro Pikolín (Marco Palacios) para meterla en su propia portería y así decretar el 1-0 a favor de los Tigres con un claro autogol.
Aunque esto no era todo, pues apenas se reponían los Pumas de la anotación en contra cuando en menos de un minuto los locales conseguían el segundo para su causa, tras que en el minuto 20 Alberto Acosta controlara y recortara para enviar su disparo. Alejandro Palacios alcanzó a tocar la pelota, que le pasó entre las piernas a Verón, pero ninguno de los dos pudo evitar la anotación, en tanto irónicamente el defensa Marco Palacios se cambiaba los zapatos en una orilla de la cancha.
Tigres ya había visto por dónde hacía "agua" la defensiva visitante y en una arremetida por izquierda, otra vez Alberto Acosta se animó a disparar, luego de realizar un recorte, y aunque su remate no llevaba mucha potencia terminó incrustándose en la meta defendida por Alejandro Palacios, que aunque se tiró no alcanzó a sacarla por su mala colocación, en el minuto 27.
El dominio de los locales en la primera parte quedó de manifiesto de esta manera y para el segundo tiempo debía venir un reajuste en el ánimo y en tal vez en la alineación de los Pumas.
Y así fue, ya que aunque no se animó a hacer cambios con el inicio del juego, unos minutos después de iniciada la complementaria Carrillo sí se decidió a meter a su amuleto de los segundos tiempos, Emilio Orrantia, sacando a Herrera, con el cual no había pasado nada en el primer tiempo.
Los Pumas se negaban a morir y salieron con la intención de mostrar otra cara, en especial a la defensiva; sin embargo, los Tigres no daban tregua y en el minuto 59 conseguían poner las cosas 4-0 a su favor en el Volcán, cuando Alan Pulido tomó un rebote en el área y tras una gambeta sirvió para Acosta, quien disparó para mandar al fondo de las redes, otra vez con la ayuda del portero de los capitalinos y con una zaga visitante que se revolvió como pudo, pero definitivamente no estaba en su noche.
Y para cerrar la cuenta, que pudo haberse incrementado más de no ser porque los locales se dieron el lujo de fallar algunos goles "cantados", Elías Hernández metería el 5-0 en el minuto 82, al cruzar su remate a perfil cambiado y mandar a casa a unos inoperantes Pumas, a los que para acabarla de amolar, sigue persiguiendo el fantasma de las lesiones, ya que en este partido se le lastimaron Verón y Cortés.
El público regio despidió con "olés" a su equipo, esperanzado de poder verlo finalmente en la "fiesta grande".
Con esta victoria los Tigres llegaron a 17 unidades y de algún modo revivieron en la Tabla de Posiciones, aunque en la recta final del torneo dependen de terceros, mientras que los del Pedregal se complican la calificación con 20 puntos y por si fuera poco, la próxima semana enfrentarán al América en CU.
Así, Cuando parecía que todo estaba completamente perdido para los dirigidos por el Tuca Ferreti en el campeonato, obtuvieron una victoria que vale oro molido, luego de cinco fechas sin triunfo y tres derrotas al hilo.
Así que los de San Nicolás de los Garza resurgieron de entre sus cenizas para meterle una dolorosa zancadilla a unos Pumas que venían de tres triunfos consecutivos en su cancha y que estaban con todas las pilas puestas de cara a la liguilla.
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