Por increíble que parezca, el triunfo se le niega a los Zorros, y si antes sólo obtenían empates, ahora perdieron por vez primera en el estadio Jalisco.
La realidad parece superar al Atlas. Con la estrepitosa caída de 1-3 ante Toluca se alejan sus posibilidades de clasificar al quedarse con diez puntos, mientras que el Diablo igualó a Tijuana en la cima con 23 puntos.
INFIERNO EN EL JALISCO
Mientras los rojinegros fallaban, emocionaban a sus aficionados, y Tomás Boy aplaudía con la esperanza que en cuestión de tiempo se abriría el marcador, el Toluca de su colega Enrique Meza se acomodaba en la cancha.
El Jefe había apostado por una formación agresiva con toda su artillería pesada al frente. Alonso Sandoval, como volante por derecha, Luis Bolaños, por izquierda, y en la delantera Matías Vuoso y Héctor Mancilla.
Los que salieron con furia fueron Vuoso y Bolaños, quienes dispararon a la puerta de Alfredo Talavera, pero sus tiros salieron ligeramente desviados.
La tribuna del estadio Jalisco que lució con una entrada de 31 mil aficionados vibró con las llegadas, pero los Diablos controlaron el vendaval al descubrir los puntos débiles de los Zorros.
Ya en la semana, Boy había mostrado su preocupación por no contar con los defensas Leandro Cufré y Hugo Rodríguez por lo cual tenía que realizar movimientos e improvisar.
Cristian Sánchez acompañó a Facundo Erpen en la central, y Juan Pablo Vigón por derecha, pero el ajuste que no funcionó fue el de Luis Robles por izquierda.
La zaga estaba desarticulada y Toluca la arrolló en cuestión de minutos.
Al '18, el talento de Sinha, quien entró por la izquierda, se quitó a los defensas y cruzó a Miguel Pinto para el 0-1.
Atlas tenía grietas por todos lados. Al '23, Toluca decidió probar por la derecha, nuevamente Sinha, filtró a Lucas Silva, y este cedió al panameño Luis Tejada, quien se dio la media vuelta, disparó, y la barrida de Sánchez fue insuficiente para el 0-2.
A partir de entonces, los rojinegros se desmoronaron, los rebasó la ansiedad, la desesperación de verse abajo luego de un inicio frenético.
Bolaños, en un esfuerzo individual recurrió otra vez al tiro de media distancia, pero Talavera rechazó de manera espectacular.
Boy, desesperado, hizo un cambio a cinco minutos de finalizar el primer tiempo, sacó a Sánchez para sustituirlo por Carlos Gutiérrez, para de esta forma regresar a Robles a la central.
En la segunda parte, Toluca se dedicó a resistir a un Atlas angustiado por acortar la distancia. Vuoso lo intentó, y mientras eso sucedía, Boy ya no aguantó más la pasividad de Sandoval para lanzar al campo a un revolucionado Flavio Santos, quien estrelló un balón sobre la humanidad de Talavera.
Los minutos transcurrían, y la afición rojinegra, la parte más noble del equipo, no decaía en su entusiasmo, al contrario aumentaba la esperanza, cantaban para alentar a sus jugadores, pero los Diablos Rojos de Meza no perdían el orden, por lo cual la idea se desdibujaba y no había forma de vulnerarlos.
Cuando la historia parecía escrita, Bolaños puso un servicio inmejorable para Mancilla, quien recibió de pecho, y tiró para liquidar a su ex compañero Talavera, y despertar la esperanza del empate. 1-2 al '84.
El cierre fue al estilo rojinegro, pero en su afán de anotar, recibieron el tiro de gracia Wilson Tiago en tiempo de compensación para el 1-3 lapidario.
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