Esta vez, el espíritu combativo de los panzas verdes no pudo ante un rival que sabe a lo que juega, a un gallón que aprovechó sus virtudes y los errores del contrario para hacer sus goles en el primer tiempo y defenderlos a morir en la parte complementaria. Sin duda, la zaga roja, comandada por el portero Alfredo Talavera, fue la figura del partido.
Las anotaciones en los primeros 45 minutos, por conducto de Juan Carlos Cacho (15'), Sinha (38') y Eisner Loboa (47').
PECA DE INOCENTE
El equipo sensación del joven Apertura 2012 vino a jugarle al tú por tú al Toluca y casi pasa la prueba en los primeros 45 minutos; casi, porque los rojos sacaron el triunfo parcial (2-1) y en tiempo complementario los panzas verdes se acercaron en el marcador merecidamente.
El juego inició parejo, de ida y vuelta. En los primeros 5 minutos hubo aproximaciones en ambas áreas. El Toluca saltó a la cancha con una alineación engañosa; Cacho como centro delantero y Sinhaa atrasito de él, más dos alas que formaban por derecha Lucas Silva y por izquierda Carlos Esquivel. En ataque, los cuatro desdoblaban peligrosamente y en defensa, solamente Cacho se quedaba arriba.
El León salió como es su costumbre, desbocado, sin medir consecuencias; así que en la primera jugada más pensada de los Diablos, permitió el primer gol al minuto 15, en una maniobra de Cacho por la derecha que terminó en un centro para Silva, quien no perdonó con un cabezazo y marcó el 1-0. En esta jugada salió lesionado el central Óscar Mascorro, quien fue relevado.
El León no permitió ser arrollado. Volvió a ponérsele al tú por tú al anfitrión del estadio Nemesio Díez, con acercamientos de peligro en la portería defendida por Alfredo Talavera. Su actitud era buen, desafiante, pero le hacía falta calma para iniciar y terminar una jugada exitosa.
Los Diablos hacían lo suyo también, con Silva, Cacho y Sinha entendiéndose a la perfección. El balón iba de un lado para el otro. Talavera tapó un disparo potente de Edwin Hernández, al 26'. Enseguida, un descuido defensivo de los rojos propició que el Gullit Peña, quien no había ido hacia el frente hasta el momento, se desprendiera por el centro y le filtrara a Othoniel Arce, quien solo perdió el mano a mano con Talavera y la oportunidad de empatar.
Toluca trató de pararse mejor en la cancha, pues más de una vez el rival le había ganado la espalda. Pero otra vez lo agarraron mal parado, pero Maz le entregó la pelota a Talavera.
Y aunque daba guerra, el León pecaba de inocente. Así como en el primer gol volvió a ser sorprendido por el mismo Cacho, quien ahora combinó por la derecha con Sinha, quien se encargó de cruzar su disparo de derecha a izquierda para marcar el 2-0 al 38'. Luego, Esquivel tuvo el tercero tanto para su equipo; encaró al portero Edgar Hernández, quien sacó a dos manos.
Antes del descanso, el León llegó a terreno rojo y en un manotazo de Talavera, tras un centro de Burbano, la pelota quedó suelta y Loboa marcó el gol que acercaba a su equipo al 47'.
METIÓ ATRÁS AL TOLUCA
El León regresó a la cancha sin Othoniel Arce, cuya enjundia hoy no fue un factor importante e ingresó al campo José Vázquez.
Ante un gallón como el Toluca hacía falta más tranquilidad, aunque ésta no se dio mucho, ya que el espíritu del equipo que dirige el uruguayo Gustavo Matosas es ese: no parar en la cancha, moverse en busca del balón, sin reparar en que para hacer goles no bastan las ganas, sino pensar con mayor detenimiento.
No obstante, los panzas verdes fueron al frente por el empate y metieron atrás al Toluca, que ya no hizo más por tener la iniciativa y sí esperar al rival en la media cancha y contragolpear.
A los verdes les costó más encarar a un rival que se les encierra, que marca a presión; aun así creó llegadas de peligro y Maz mandó un remate al palo.
Que el León fuera el que hiciera el gasto era lo que más le convencía a los Diablos, pues finalmente tenía el triunfo en la bolsa, aunque también la constante intranquilidad provocada por un León que no bajaba los brazos, que no se rendía.
Edgar Benítez, quien ingresó al minuto 59, tuvo dos descolgadas que pudieron llegar a ser importantes en el cierre del partido, pero dos veces fue desarmado por la zaga, cuando la ventaja era suya para enterrar al rival. De haber metido por lo menos una, tal vez los verdes no habrían tenido un cierre tan combativo que tuvo en jaque a la zaga roja.
Los Diablos lo único que querían era que pitara el árbitro, mientras que el León nunca perdió la esperanza de empatar, aunque al final cayera con la cara al sol.
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