Y así sucedió. Al '86, Gregorio Torres cobró por enésima vez un tiro de esquina, y la defensa de Pumas no apretó a Facundo Erpen, quien peinó de cabeza para igualar el marcador 1-1 que detonó la locura de miles de rojinegros.
Pese al cierre intenso y emotivo del Atlas, Juan Carlos Chávez sabe que hay infinidad de detalles por mejorar en un equipo que se juega el descenso.
Mientras que Joaquín del Olmo entenderá que habrá que jugar a algo más que al contragolpe.
INICIO VIBRANTE
Atlas es uno de los equipos que más generó expectativas por sus refuerzos. Y la noche de este sábado era su primera prueba para confirmar que ni el técnico Juan Carlos Chávez, ni la directiva se equivocaron al elegir a cinco refuerzos de lujo como Héctor Mancilla, Matías Vuoso, Alonso Sandoval, Amaury Ponce, y Luis Bolaños.
Pero Chávez decidió colocar de titulares a tres de ellos (Mancilla, Sandoval, y Ponce), y dejó en la banca para casos de emergencia a Bolaños, y Vuoso, quien se recupera de un esguince en el tobillo izquierdo.
Pero del otro lado, Pumas también es otro de los que sorprendió con sus refuerzos como Emanuel Villa, el español Luis García, Martín Romagnoli, y el regreso de Jaime Lozano.
Al igual que su colega, Joaquín del Olmo se reservó a García en la banca.
Este encuentro ya había tenido lugar dos semanas atrás en el cuadrangular de la Copa Jalisco , y pese a ser amistoso, Pumas dio muestras de lo que sería ante los rojinegros.
Si el aperitivo había sido aceptable, el duelo oficial también lucía atractivo para la tribuna del estadio Jalisco que registró a aproximadamente 30 mil 300 aficionados (según cifras oficiales).
Ante este escenario ambos equipos iniciaron intensos, con la idea de vulnerar de inmediato.
Desde el principio Atlas apostó por la zona izquierda a través de Gregorio Torres y Sergio Santana para enviarle servicios al centro a Mancilla.
Pero cuando los rojinegros se acomodaban, todo el libreto que había escrito Chávez se borró. Transcurría el minuto 7 cuando Mancilla intentó un cambio de juego y el balón cayó en los pies del enemigo. Martín Bravo agradeció el obsequio del chileno, avanzó ante el desconcierto de la defensa comandada por Leandro Cufré, y disparó de media distancia para guardar el balón en las redes. 0-1 doloroso, pero que no desanimó nunca a los seguidores rojinegros.
Pumas entonces supo esperar, mientras que Atlas, inútilmente persistía por arribar al área por la izquierda, por momentos lo hacía por la derecha con Sandoval, quien intentaba sorprender con gambetas pero siempre fue detenido por Verón. Para evitar transitar tal camino infructuoso, Sandoval cambiaba al carril izquierdo, pero ahí desapareció por completo.
La aproximación más peligrosa del Atlas en el primer tiempo fue en el '26 en una serie de rebotes en el área que ganó Torres, quien cedió a Mancilla para recibir el balón a espaldas del marco, pero el chileno estaba rodeado por lo cual retrasó y le dejó el esférico al debutante Juan Pablo Vigón, pero su tiro salió por encima de la portería.
Para la segunda parte, Chávez ya no soportó más y convocó a Vuoso a la cancha por un inadvertido Ponce. Pero Atlas no cambiaba el ritmo, y el siguiente elegido para solucionar la inoperancia en la ofensiva fue el ecuatoriano Luis Bolaños por un intermitente Santana.
Sin embargo no funcionaron. La presencia del Toro Vuoso no fue suficiente. El argentino naturalizado mexicano manifestó que aún no alcanza su mejor forma, se notó impetuoso, pero errático. Pese a todo, la afición que desde su presentación en Colomos lo adoptó como su nuevo ídolo, le perdonó todo. Mientras, Bolaños enseñó un buen toque pero sin acoplarse aún al conjunto.
Pumas, por su parte dejó en claro que es un equipo ordenado y que sabe defender para ir al contragolpe pero que no sabe liquidar.
Y cuando todo indicaba que Atlas se quedaba con la derrota, apareció Erpen de manera inesperada para empatar y darle un respiro a Juan Carlos Chávez.
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