Con este resultado, los tapatíos sumaron dos puntos que los tienen sumidos en el sótano de la Tabla General, en tanto que los sanluisinos terminaron con una racha de cuatro derrotas, para sumar siete unidades.
Los deseos de ambos de equipos por dar un paso al costado y empezar a salir de la crisis que atraviesan fueron muchos, el problema es que con eso no basta para merecer un triunfo en un partido reflejo digno de la actualidad de estas dos escuadras.
Chivas fue el equipo que buscó llevar el ritmo y el peso del encuentro, consciente de su condición de local buscó hacer daño desde el inicio, pero sus argumentos para lograrlo siguen siendo carentes de efectividad.
El técnico Ignacio Ambriz buscó con Omar Arellano y Carlos Fierro darle mucha dinámica y velocidad a su equipo, idea que no era mala, solo que en la práctica estuvieron lejos de lograr su objetivo durante los primeros 45 minutos.
Mientras que San Luis esperó la presión inicial del rival y conforme avanzó el reloj, decidió adelantar un poco sus líneas en busca de jugar más en el campo de su adversario, pero sin animarse del todo a atacar para irse al descanso con el marcador sin movimiento.
Pese a que necesitaban de gente en el eje del ataque para intentar conseguir la ventaja, el técnico de Chivas, Ignacio Ambriz, no quiso arriesgar de más y optó por sacar a un hombre de ataque, como Julio Nava, para darle oportunidad a Erick Torres y así junto a Carlos Fierro tener a dos hombres de área.
El conjunto tapatío, sin embargo, podía echar mano de otros 10 delanteros de todas las características y su ofensiva seguiría sin funcionar, ante un rival que nunca arriesgó de más y que se mostró satisfecho con el empate, en un partido que dejó en claro la realidad de estos dos equipos en este momento dentro del balompié nacional.
El arbitraje estuvo a cargo de Erim Ramírez, quien tuvo una labor aceptable. Solo amonestó a Isai Arredondo (19) y a Oscar Pérez (63), por los visitantes.
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