Pese a que sufrió bastante, el triunfo de 2-1 que consiguió Gallos Blancos la semana anterior, le bastó para hacer lo que pocos creían y reafirmar una vez más que en estas instancias las posiciones en la Tabla General, poco importan.
La diferencia con el primer capítulo de esta serie fue que Gallos aprovechó las dos únicas ocasiones que generó, caso contrario de unas Chivas que en los 45 minutos iniciales del partido de vuelta tuvieron ocasiones para revertir la desventaja, pero encontraron con que un elemento surgido de sus filas se encargó de apagar su ímpetu.
Los de casa tomaron ese papel de protagonista obligado por la desventaja con la que llegaron y pese a que les regalaron toda la iniciativa, la realidad es que carecieron de talento para abrir un cerrojo complicado que en pocas ocasiones se vio superado.
Ante la falta de peso específico de sus hombres de talento, como el tan mencionado Marco Fabián de la Mora, los balones por aire fueron las principales armas con las que Guadalajara intentó conseguir ese gol que necesitaba.
Sin embargo, los locales nunca contaron con que una de las armas que trabajaron en sus fuerzas básicas hoy fue factor determinante para que se fueran en blanco en los primeros 45 minutos.
Liborio Sánchez hizo todo lo posible por dejar en claro que fue un error el haberlo dejado ir y empezó a hacerlo en el minuto 18 cuando Erick Torres se levantó dentro del área para conectar un cabezazo que el portero, con un manotazo, mandó a tiro de esquina.
Catorce minutos después, una serie de rebotes le permitieron a Jorge Enríquez rematar de cabeza dentro del área directo al ángulo superior izquierdo, hasta donde llegó Sánchez para mandar a un costado, con un nuevo manotazo.
Y si con eso no bastara, a cinco minutos del descanso un balón peinado de Héctor Reynoso fue perfectamente atajado a contrapié por Liborio, quien una vez más se agigantó para evitar la caída de su marco.
El técnico rojiblanco Fernando Quirarte sabía que necesitaba variantes en su eje del ataque, pero no solo eso, sino arriesgar más, por ello, para la parte complementaria sacó a un defensa central como Mario de Luna, para darle cabida a un atacante, como Antonio Salazar.
Al ver que el reloj avanzaba y todo seguía igual, el Sheriff decidió quemar todos sus cambios con los ingresos de Omar Arellano y Jorge Mora, gente netamente ofensiva, que tampoco logró mucho para abrir a la defensa queretana.
Una vez más el balón parado fue la única vía por la que los locales lograron generar peligro, en un tiro de esquina por derecha que el Cubo Torres prendió con un testarazo que pegó en la humanidad de Sergio Ponce para irse apenas a un costado del poste izquierdo, al minuto 69.
La historia pudo haber cambiado cuando el reloj marcaba ya el minuto 90, sin embargo, una vez más Sánchez hizo acto de presencia para robarle el gol.
Todo se originó en un centro por derecha al área hasta segundo poste, donde el Hulk Salazar prendió una media vuelta de derecha para que Sánchez, por puro reflejo, sacara el brazo izquierdo y dejara en claro quién fue la figura de un Querétaro, que contra muchos pronósticos, sigue con vida y con los sueños intactos.
El arbitraje estuvo a cargo de Mauricio Morales, quien tuvo una labor aceptable. Amonestó a Sergio Ponce (1), Emilio López (20), Israel Martínez (38), Raúl Rico (52) y Liborio Sánchez (83) por los visitantes. Héctor Reynoso (18) y Marco Fabián de la Mora (44) vieron cartón preventivo por los de casa.
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