Si bien el talento no se pierde, Ronaldinho Gaúcho está lejos de aquel gran jugador elegido como el mejor del mundo en 2004 y 2005 y deberá usar su oficio para no desentonar en una liga difícil, en la que cada fin de semana se juega, o en alturas diferentes sobre el mar, o en sitios con otro horario o con temperaturas distintas.
Es algo a lo que jamás pudieron adaptarse grandes 'cracks' como su compatriota 'Bebeto', integrante de la selección brasileña campeona del Mundial de 1994, quien en 1999 llegó a los Toros Neza con 35 años, anotó solo dos goles en ocho partidos y terminó de pleito con el presidente del equipo.
Antes de la pobre actuación de 'Bebeto', el portugués Eusebio, líder goleador del Mundial de Inglaterra 1966, hizo solo un gol con los Rayados de Monterrey en la campaña 1975-1976, mientras en 1997 el volante José María Bakero, mundialista con España en Italia 1990 y Estados Unidos 1994, hizo tres dianas en 17 encuentros con el Veracruz.
En esa misma época vino a México para retirarse el alemán Bernard Schuster, campeón en España con el Barcelona y con el Real Madrid, pero que se fue en blanco en nueve partidos con los Pumas de la UNAM entre 1996 y 1997.
Con 38 años, Schuster se vio lento en México. Un día se fue a su país a una consulta con el dentista y no volvió más, aunque se marchó en buenos términos con la directiva de los universitarios.
Otro que vino a retirarse a México fue el español Josep Guardiola, hoy entrenador del Bayern Múnich. En 1999 fichó por los Dorados de Sinaloa y aunque anotó un gol en 10 encuentros, su caso fue diferente porque su gran objetivo en aquella campaña fue aprender del técnico Juan Manuel Lillo, de quien recibió un cursillo que luego le sirvió para ganar todo como manejador del Barcelona.
Ronaldinho Gaúcho llega a un equipo de media tabla que ha dejado buena impresión por su entrega en los últimos torneos de liga, pero necesitará estar concentrado todo el tiempo si no desea engrosar la lista de los 'cracks' con pobre desempeño en México.
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